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¿Cómo saber cuándo es el momento de detener los cuidados? Las señales a buscar

¿Cómo saber cuándo es el momento de detener los cuidados?

Casi el 30% de la población estadounidense brinda algún tipo de cuidado no remunerado a un ser querido, como sus padres, abuelos o cónyuge. (Fuente) Como cuidador familiar, en muchos sentidos, tienes el peso de la vida de otra persona sobre tus hombros. Es mucho peso que llevar, por lo que no debería sorprenderte que afecte tu propia salud física y mental.

 

El cuidador familiar promedio brinda atención a un ser querido las 24 horas de la semana, a veces durante años y años. Muchos cuidadores brindan atención las 24 horas del día, los 7 días de la semana, con poco o ningún apoyo (Fuente). Esto significa que la fatiga y el agobio pueden aparecer con el tiempo e incluso ser difíciles de detectar después de un tiempo. Entonces, ¿cómo saber cuándo es el momento de detener los cuidados?

 

En este artículo, te mostraremos las señales que debes buscar y que indican que puede ser el momento de dejarlo ir: cómo saber que ya no puedes hacerlo más. Vamos allá.


Cuándo empezar a establecer límites

¿El cuidado se debió a una lesión, enfermedad o diagnóstico repentino? Si te convertiste en cuidador bajo presión, es posible que te hayas convertido en cuidador sólo para satisfacer una necesidad temporal, haciendo lo necesario para asegurarte de que tu ser querido estuviera estable y cómodo. Pero una vez que esa necesidad aguda pasa, ese es un punto de reflexión natural. Es importante aprovechar este momento para reflexionar sobre tus límites y fronteras.

 

Si cuidar fue una progresión lenta de hacer más y más por tu ser querido, tal vez a medida que su condición empeoraba o avanzaba la edad, el primer signo de fatiga es el momento de evaluar tu carga de trabajo.


Señales de que es hora de detener los cuidados

La “fatiga” mencionada anteriormente puede adoptar muchas formas, entre ellas:

 

  • Enojo

  • Irritabilidad/frustración después de algo pequeño

  • Evitar al ser amado

  • Fatiga fisica

  • Inquietud

  • Empeoramiento de la salud

  • Desesperanza (sentir que el final nunca llegará)

  • Resentimiento


También hay preguntas más sutiles que debes hacerte y que pueden indicar que es hora de dejar de brindar cuidados, entre las que se incluyen:


Sentirse atrapado

Si tu situación parece permanente e inevitable (en otras palabras, te sientes estancado o atrapado en el cuidado), es posible que te desahogues sobre tu ser querido, tus responsabilidades y tu falta de tiempo libre con cualquiera que quiera escucharte. Estas relaciones a menudo se ven afectadas por el cuidado, y el cuidado puede volverse muy aislante debido al impacto en las relaciones y, cuando esto sucede, es difícil encontrar a alguien con quien hablar y apoyarlo, ya que es posible que no sepas qué hacer o decir, y puedes sentirte como una carga al compartir todo esto. Esto puede ser una señal importante de que es posible que debas dejar de cuidar a alguien.


Sentir que tu vida gira en torno al cuidado

Puede parecer que ahora toda tu vida gira en torno al cuidado: realizar tareas para ayudar a tu ser querido que no te gusta hacer, dejándote sin tiempo para las cosas que sí te gustan. Tú también mereces tener alegría y vida fuera del cuidado. Si sientes que estás perdiendo el contacto contigo mismo y con quién eres, renunciando a pasatiempos y relaciones que te importan, o temiendo el comienzo de cada día, puede que sea el momento de dejar de cuidar a alguien.


Sentir que no hay forma de cambiar la situación

Es posible que sientas que nadie podría hacer lo que tu estás haciendo por tu ser querido o que tu ser querido no aceptaría a otra persona en su lugar. Pero tienes opciones. Hay personas que pueden ayudarte con estas tareas de forma temporal o permanente.

 

Si notas alguno de estos signos, ahora es el momento de considerar un descanso o dejar de cuidar por completo.


Pasos a seguir: cómo dejar de cuidar

Si sientes en tu corazón que es hora de dejar de cuidar a alguien, debes saber que está bien alejarse. Quizás no seas la mejor persona para cuidar a tu ser querido en este momento, y eso es perfectamente normal. Por el bien de tu salud y la de tu ser querido, es una comprensión fuerte y compasiva.

 

Entonces, si has tomado la decisión de alejarte, ¿cómo deberías abordarla? Hablemos de eso.


Paso 1: Admítelo a ti mismo

El primer paso es en el que nos hemos centrado hasta ahora a lo largo de este artículo. Es importante reconocer que es posible que necesites ayuda o que es hora de dejar de brindar cuidados por completo. Puede ser difícil darse cuenta al principio, pero una vez que lo hagas, debes ser honesto contigo mismo.


Paso 2: Reconoce que puedes ser un buen cuidador sin ser el cuidador principal

No hay nada de malo en asignar tareas a alguien mejor equipado para manejarlas o delegar tareas cuando sea posible. Lo más importante es que se satisfagan las necesidades de tu ser querido, no quién las satisface.


Paso 3: Comunicación con tu ser querido

El primer paso es informarle a tu ser querido cómo se siente de manera cuidadosa y con mucho tacto. Puedes decirles que necesitas establecer límites sin que se sientan culpables por lo que has hecho hasta ahora. Se consciente al mantener estas conversaciones y comprende que si tu ser querido tiene un deterioro cognitivo, es posible que estas conversaciones no sean posibles.

 

Puedes utilizar esta premisa para guiar tu pensamiento sobre esta conversación:

 

“Ya no puedo manejar 'X' debido a 'Y'. Entiendo que esto será un cambio para ti. Creo que analizamos la 'Z' para llenar el vacío”.

 

Con esta declaración, has dejado en claro que has establecido un límite, entiendes que afectará a tu ser querido y has ofrecido una alternativa. Todo sin hacerlos sentir culpables.

 

Nota: Para utilizar esta premisa de manera eficaz, asegúrate de que 'Y' esté arraigado en algo objetivo en lugar de emocional, como "Ya no puedo ausentarme del trabajo", "Me preocupa tu seguridad (y/o la mía)" o " Creo que hay una solución mejor”, en lugar de algo emocional como “Estoy agotado y no puedo soportarlo más”.


Paso 4: Asegura la solución

Ahora es el momento de verificar que la solución elegida satisfaga las necesidades de tu ser querido tal como tu pensabas. Consulta y mantén una línea abierta de comunicación con ellos, así como con cualquier cuidador profesional, cuidadores de relevo, centros de día proveedores, personal médico o familiares.


Pensamientos finales

Es importante reconocer tus límites como cuidador familiar. Esto es para proteger tanto tu salud como la de tu ser querido.

 

El Centro de recursos para cuidadores de California del condado de Orange está aquí para brindarte asistencia y orientación para ayudarte a lograrlo. Consulte nuestra biblioteca de recursos para ayudarte a navegar esta experiencia. Juntos, podemos navegar por el panorama de la atención médica y ayudarte a brindar la mejor atención posible a tus seres queridos.


Lectura adicional: Navegando el resentimiento como cuidador

El resentimiento del cuidador es un desafío emocional común que enfrentan los cuidadores familiares, mucho más a menudo de lo que admiten (por lo que no está solo en esto, incluso si así lo parece). Tu resentimiento es natural, pero no tiene por qué definir tu experiencia de cuidado. Al final, encontrar el equilibrio y el apoyo es la clave para un proceso de cuidado sostenible y satisfactorio. Así que hablemos de ello: sumérgete aquí.


Destacado del podcast: Podcast de Pamela D. Wilson

Consulte el episodio del podcast de Pamela D. Wilson para obtener más información sobre cómo determinar tu punto de quiebre como cuidador familiar. Se toma el tiempo para analizar escenarios y preguntas que serán útiles para cualquiera que esté considerando dejarlo. Compruébalo aquí.

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