Los cuidadores familiares tienen un riesgo elevado de enfermedades de salud mental como la depresión. El papel que desempeñas todos los días como cuidador familiar es difícil y complicado. Si bien el cuidado en sí no causa depresión, el hecho es que muchos cuidadores sacrifican su propio bienestar (incluida la salud física y mental) en favor de las necesidades de sus seres queridos. Este comportamiento, si no se controla, puede convertirse en una tormenta perfecta que puede desencadenar depresión en algunos cuidadores. En este artículo, analizaremos algunos de los síntomas de la depresión a tener en cuenta y brindaremos consejos a los cuidadores para prevenir o evitar la depresión.
Los síntomas de la depresión
La depresión va mucho más allá de un estado de ánimo o una semana de depresión. Es una serie crónica de síntomas que persisten más allá de unas pocas semanas. Estos son algunos síntomas comunes de depresión a los que debes estar atento:
Cambio en los hábitos alimenticios que resulta en un aumento o pérdida de peso no deseado.
Un cambio en los patrones de sueño (dormir demasiado o no lo suficiente)
Sentirse cansado todo el tiempo
Pérdida de interés en personas y/o actividades que alguna vez te brindaron placer.
Agitarse o enojarse fácilmente
Sentir que nada de lo que haces es lo suficientemente bueno
Pensamientos de muerte o suicidio, o intentos de suicidio.
Síntomas físicos continuos que no responden al tratamiento, como dolores de cabeza, trastornos digestivos y dolor crónico.
Cosas que contribuyen al riesgo de depresión
Algunas situaciones de cuidados son más propensas al riesgo de depresión que otras. Algunos de estos factores de riesgo incluyen:
Una enfermedad crónica y/o progresiva del ser querido bajo su cuidado.
Quien recibe tu atención muestra un comportamiento anormal, errático o disruptivo (como es común con padecimientos como la demencia).
Quien recibe tu atención tiene un deterioro cognitivo (como Alzheimer u otra forma de demencia).
Están bajo tu cuidado durante un largo período de tiempo.
Quien recibe los cuidados es tu cónyuge.
Quien recibe tu atención muestra déficits funcionales y/o físicos (como es común con enfermedades progresivas como SRA o ALS, o un trauma severo físico o cerebral).
Estás cuidando a alguien con una forma de demencia (como Alzheimer).
Los cuidadores masculinos y femeninos manejan los síntomas y los riesgos de la depresión de manera diferente. A menudo los hombres dicen ser menos propensos a buscar ayuda para la depresión y, por lo tanto, es menos probable que sean diagnosticados.
Opciones de tratamiento clínico
Es posible que ahora te preguntes cuáles son las opciones de tratamiento clínico para alguien a quien se le diagnostica depresión. Exploremos los siguientes:
Psicoterapia
La psicoterapia (también conocida como terapia de salud mental) es cuando se deriva a alguien a un terapeuta para completar una de las siguientes acciones:
Terapia cognitiva y conductual. El objetivo de la terapia cognitiva y conductual es identificar y trabajar a través de conductas y tendencias autolimitantes al brindarle al cuidador una vasta cantidad de herramientas y habilidades prácticas que le permitan disfrutar de los eventos positivos en su vida y manejar los problemas que enfrenta.
Terapia interpersonal. El objetivo de la terapia interpersonal es comprender y mejorar las habilidades de comunicación para que puedan mejorar las relaciones en sus vidas. El terapeuta ayudará a autoevaluar los problemas en su estilo o cantidad de comunicación para ayudar a relacionarse mejor con otras personas.
Hay otros tipos de terapia que se pueden ofrecer si corresponde a tu situación.
Antidepresivos
Los antidepresivos son una forma de medicamento que se administra para estabilizar el estado de ánimo. Hay diferentes tipos que exploraremos ahora:
Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (SSRI) (Ejemplos: Prozac, Zoloft, Paxil): Los medicamentos SSRI actúan estabilizando los niveles de serotonina, un neurotransmisor. Los niveles bajos de serotonina se han relacionado con la depresión.
Tricíclicos (Ejemplos: Norpramin, Pamelor, Sinequan): Los tricíclicos son una familia anterior de antidepresivos que aumentan los niveles de neurotransmisores en el cerebro. Estos son menos comunes debido al mayor potencial de efectos secundarios.
Las dosis y las recetas son a menudo un proceso de prueba y error para ver qué funciona mejor para ti, por lo que una comunicación sólida y frecuente con tu médico durante este proceso es crucial.
Opciones preventivas
Si bien la depresión es una enfermedad y no siempre se puede prevenir, hay algunas cosas que puedes hacer para mantener bajo tu riesgo de desarrollar depresión.
Ejercicio. Ve un video de yoga en YouTube, sal a caminar por el vecindario, toma una clase de baile, etc. Cualquier tipo de ejercicio constante también hará maravillas en tu salud mental.
Comer comidas saludables y equilibradas. Asegúrate de que tus comidas sean consistentes (3 por día), saludables y equilibradas. Nota: Saltarse las comidas provoca caídas y picos de energía, que pueden afectar tu salud mental a largo plazo.
Dormir. Un horario de sueño constante es aquel que incluye lo más cerca posible de 8 horas por noche. El sueño es de vital importancia para la claridad mental, la salud, la longevidad y el estado de alerta.
Respirar profundamente. Inhala durante 3-5 segundos, manténlo durante 3-5 segundos y suéltalo durante 3-5 segundos. Repite esto varias veces hasta que comiences a sentirte relajado.
Diario. Trata de llevar un registro de tu ingesta diaria de alimentos, agua y ejercicio y combínalo con un monitor de estado de ánimo. Este diario presentará datos cruciales que te ayudarán a reconocer patrones y evitar comportamientos, alimentos, etc. que contribuyen a un estado mental deficiente.
● Pide y acepta ayuda. Cuidar es extremadamente difícil, mantente preparado para pedir ayuda cuando la necesites y el aceptarla cuando se te ofrezca para así ayudar a crear un mayor equilibrio en tu vida.
Pensamientos finales
Es probable que los cuidadores estén más estresados, ansiosos o deprimidos que la población en general. También tienen un mayor riesgo de sufrir dolencias físicas o deterioro de la salud debido al estrés durante (y, a veces, años después) de la prestación de cuidados. Si bien esta situación puedes sentirte solo, como cuidador, no estás solo.
Para obtener más información y recursos, te invitamos a consultar nuestra biblioteca de información para cuidadores familiares haciendo click aqui. También puedes llamarnos al 800-543-8312 para obtener más información sobre cómo podemos ayudarte en tu viaje como cuidador.
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